fin del dia

y me senti feliz. Feliz? yo nunca me habia sentido feliz. Repeti la palabra para adentro. Resonó igual que cuando se dice en voz alta, con ese sonido agudo de triágulo (líz), con ese olor a vela recien apagada, con ese gusto empalagoso y esa taquicardia que sucede al descubrimiento.
ME ví entre ellas y ellos, los que se quieren y se acompañan hace meses, años y décadas y las otras ellas y ellos, solos y juntos, los quise por estar ahi y me encontre todavia en el remis portando la misma sonrisa tonta que tenia hace unos minutos. Mire la calle toda mojada por la humedad desde el sillon hundido de ese auto viejo y vi pasar la churreria (todavia abierta) en la que hoy a la mañana Gaby compro los churros que trajo a casa. La risa, los recuerdos graciosos, nada se habia ido cuando abri la puerta de casa y salude al hombre que me trajo y esperó a que cerrara la puerta.