Igual, misteriosamente, de vos me acordaba muy seguido. Casi cada vez que cruzaba la plaza de San Martín. Porque ahí fue que te vi la última vez. Estabas igual, o un poco más hippie. Creo que tenías una guitarra y estabas entre artesanos. Y como desde el año pasado siempre hay artesanos, siempre me fijo, y me pregunto que habrá sido de tu vida. Años preguntando sobre algo que se extinguió....
Voy a pasar infinitas veces por esa plaza y voy a volver a acordarme del rubio. El más seductor, el galán. Pero ya nunca nunca me voy a poder reir de las canciones de arjona en los recreos.